Construir sobre lo construido, reciclar el pasado, hacer desde la arquitectura historia nuevos proyectos en los que el edificio presta el significado y desde sus espacios brinden el contenido a colocar.
Reusar sin abusar, tal vez sea esta la verdadera esencia. Salvar no solo lo que se ve y es aparente, salvar lo que se esconde, lo que está detrás pero que acaba dando la forma que hoy conocemos.
El edificio queda claramente dividido en dos partes mediante la creación de un nuevo eje de comunicaciones que lo recorre de lado a lado. En la zona que mira hacia la calle General Chinchilla, y donde el cuerpo principal de escaleras, así como el vestíbulo, deben ser conservados, se disponen las aulas más pequeñas, recordando de este modo la estructura de las estancias de las viviendas que había en origen.
El presente edificio, según el Plan Municipal de Pamplona, está catalogado como grado II. En su ficha se señalan aquellos elementos de interés que deben conservarse.